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Saludos a todos los visitantes del blog. Somos un grupo de estudiantes de filosofía de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV).

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miércoles, 16 de julio de 2008

PROGRESO: PRESENTE EN EL SIGLO XXI

El progreso técnico llegó a transformarse en un principio con la idea primera de la máquina a vapor durante la Revolución Industrial, cuando ya los nuevos obreros comienzan a darse a conocer. Con las ideas de nuevas nociones, métodos y sistemas que llegan a dominar el mundo en esa época.

El resultado del auge manufacturero es sumamente paradójico. Por un lado, el artesano pierde su independencia y disgregación, es centralizado como asalariado en un solo taller y bajo un solo mando; y, por otro lado la producción en cadena disgrega y parcela el trabajo artesanal, convirtiendo cada oficio y cada trabajador en solo una pieza parcial de la gran maquinaria humana manufacturera.

No obstante, el trabajo natural y la habilidad del artesano siguen siendo el centro de la producción; todavía no lo es la maquina (instrumento del periodo o fase industrial del capitalismo). Aun se trata de una maquina humana.

La fe que se tenía en el progreso para entonces tal vez sea débil que en ningún otro momento de la historia. Sin embargo, en pleno siglo XX las palabras "revolución y desarrollo" representaron grandes beneficios en la humanidad. Al pasar el tiempo la palabra progreso comenzó a tener mayor credibilidad. El desarrollo y el término progreso se interrelaciona y se aplica solamente al primer mundo, sus logros y las infinitas conquistas que dan a conocer la ciencia y la tecnología. Es decir, la noción de progreso da por definición el tiempo, el mundo y al hombre.

Precisamente en este aspecto es donde reside la contradicción más importante del período manufacturero, pues la producción depende todavía íntegramente del trabajo manual, vale decir del hombre. Y el naciente sistema asalariado refleja una resistencia natural a toda producción de excedente; el hombre ya no disfruta del producto integro de su trabajo como el arte. Desarrolla una resistencia sistemática a cualquier intento de violentar intensamente el trabajo por parte del capitalista por tanto constituye siempre un freno natural y social a todo intento de aumentar la productividad.

El progreso vendría hacer el poder mismo. Y la fe en el progreso se deriva de la experiencia histórica. De acuerdo a ello podemos hablar de progreso tecnológico que consiste en el aumento del poder humano para controlar y crear la realidad. El crecimiento de la eficiencia de los sistemas técnicos que sugieren tomar nota de la eficiencia y la innovación.

En consecuencia, las condiciones de producción heredadas del viejo régimen feudal requieren una profunda revolución, tanto en el origen social, como la propiedad de la tierra vía liberación de la mano de obra de Ia servidumbre como también en las condiciones técnicas de producción, que posibiliten intensificar sin limite la productividad del trabajo que la resistencia natural y social humana no permite.

La máquina no fue ciertamente una invención del capitalismo, De hecho, la modernidad heredó del mundo antiguo (griegos, egipcios y persas) la palanca y el plano inclinado, la rueda, la tuerca y el tornillo sin fin, el arado de hierro, el yugo y la carreta, así como la rueda hidráulica y el molino del viento realizado por los árabes.

Se trataba pues de algo más que la máquina misma; se trataba de toda una racionalidad social engendrada por las condiciones específicas de la propia evolución social. No obstante, si bien la manufactura modificó el trabajo artesanal lo centralizó y parceló con la producción en cadena, no lo eliminó de raíz, pues la habilidad manual seguirá siendo el centro del proceso productivo.

Además de la resistencia natural, el hombre es una herramienta de trabajo mecánico muy imperfecta para efectuar un movimiento continuo en forma ininterrumpida y uniforme; se agola y se resiste a la prolongación indefinida de la jornada de trabajo, tiene hambre, necesita descanso, hace huelgas, etc. Es en estas condiciones que se hace irresistible la necesidad de un aparato mecánico que ejecute en forma constante y natural las operaciones del artesano.

Es recién el periodo manufacturero el que crea no sólo las condiciones sociales sino también técnicas que posibilitaron un despegue significativo de la inventiva mecánica. En primer lugar un numero masivo de artesanos há­biles para la aplicación de la inventiva mecánica y un taller capaz de concen­trarlos, socializar y combinar la multiplicidad de inventivas personales en escala masiva. De hecho las primeras maquinas fueron producidas por artesanos manufactureros.

Pero la magnitud alcanzada por la producción social en el siglo XVII desbordaba ampliamente los marcos del artesano. Ya no se trataba de inven­tar herramientas de uso individual, lo que a su vez sobrepasaba el ingenio del empírico y las maquinas que se requerían existan un nuevo nivel teórico acerca de las fuerzas naturales disponibles a ser utilizadas, esto es, una verdadera revolución teórica en el conjunto de conocimientos alcanzados hasta entonces sobre la naturaleza.
Ésta exigía de inmediato una transfor mación en los medios de locomoción y transporte que pemitiran no sólo recibir grandes masas de materias primas sino también enviar grandes ma­sas de productos finales hacia otros lugares; de destino. Ello implicó la transformación de los barcos de remo en barcos de vela y a su vez la transforma­ción de los conocimientos marítimos, geográficos, astronómicos, entre otros. Se trataba pues de generar un inmenso movimiento de cultura humana sobre la revolución.

En consecuencia, la revolución industrial no podía partir de un simple desarrollo gradual y espontáneo del trabajo empírico artesanal, sino requería de todo una revolución teórica y filosófica que a lo largo de los siglos XVII y XVIII fue el verdadero laboratorio conceptual en el que se preparo con las armas de la crítica.

Las sociedades antiguas, como ya hemos señalado, no sintieron social­mente tal necesidad técnica, pues el sistema de trabajo esclavista basado en el uso extensivo de la mano de obra abundante y barato, no requería au­mentar la producción por métodos mecánicos, salvo en el caso de la guerra.
La vida económica y política rnedieval implicó por ello la total disgre­gación de Europa en pequeñas unidades agrícolas bajo el mando directo de los señores feudales locales. Inclusive el célebre Imperio Carolingio no tuvo en modo alguno las características de los imperios antiguos, que en los he­chos una federación de señores feudales con el objetivo concreto de detener la invasión musulmana; jamás se intereso de disputar a los musulmanes el dominio del mar

En consecuencia, fue la confluencia de la expansión comercial y la base técnica alcanzada en las prensas hidráulicas es decir el uso de energía hidráu­lica y los molinos de viento y su transferencia a la industria naval y a la minería, lo que permitió a las nacientes burguesías usureras y comerciales a pasar con relativa celeridad del capitalismo comercial al capitalismo manufacturero, y forjar en este período no solo la acumulación y economía primitiva capitalista sino también Ia acumulación de conocimien­tos técnicos y teóricos que prepararían la gran revolución industrial y política burguesa.

Ahora la tecnología es una forma de conocimiento práctico que nos permite diseñar artefactos eficientes creados por el hombre para cumplir determinados objetivos y satisfacer determinadas necesidades. Sin embargo, este progreso tecnológico debe definirse por la capacidad de los nuevos instrumentos para desempeñarse eficazmente mediante las utilidades tecnológicas, pero a todo esto el objetivo de la tecnología es aumentar el poder humano para controlar y crecer la realidad que combine la innovación y la eficiencia.

La idea de progreso tecnológico asume las consecuencias prácticas de optar por unos y otros objetivos que no solo afectará al nivel de innovación y eficiencia técnica en que se desenvuelva la vida de los seres humanos y que condiciona el desarrollo de nuevos sistemas.

Entonces la idea de progreso, podemos decir que va de la mano con la ciencia y la tecnología y que no se pueden separar. De esto decimos que las distintas etapas de la historia han formado parte de la evolución del progreso, pero esta influencia es muy importante ya que nos ayuda a poder analizar los cambios tecnológicos que para aquella época era moderno como la máquina a vapor y para nosotros el día de hoy viene a ser obsoleto y en cambio con el avance tecnológico que tal vez en años pasados solo era producto de la imaginación y que hoy en día es una realidad como la evolución de los celulares en las comunicaciones donde existen celulares que pueden llevar gran cantidad de información que le puede ser útil de acuerdo al uso que se le pueda dar, sin dejar también de mencionar las computadoras desde sus inicios han ido evolucionando a traves de los años .

YURIKA CONTRERAS SOLORZANO

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