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Saludos a todos los visitantes del blog. Somos un grupo de estudiantes de filosofía de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV).

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Pues bien, se abre un camino para internarnos en este bosque... El bosque de la reflexión, de la investigación... de la Filosofía.

lunes, 12 de mayo de 2008

Resumen de: "Apología a Raymundo Sabunde"

MICHEL DE MONTAIGNE
Francia ( 1533-1592 )



Escritor francés que introdujo por primera vez el ensayo como forma literaria. Sus ensayos, que abarcan un amplio abanico de temas, se caracterizan por un estilo discursivo, un tono coloquial y el uso de numerosas citas de autores clásicos. Montaigne nació el 28 de febrero de 1533, en el Château de Montaigne (cerca de Libourne). Su familia gozaba de una buena posición y Montaigne estudió en Guyenne. Posteriormente cursó estudios de leyes probablemente en Toulouse. Su primera empresa literaria fue una traducción, publicada en 1569, de la Theologia Naturalis, obra del teólogo español Raimundo de Sabunde.


En 1571 Montaigne heredó las propiedades de la familia, entre las que figuraba el Château de Montaigne. Allí pasó el resto de su vida, entregado a las actividades propias de un hacendado, estudiando a sus autores clásicos favoritos y escribiendo los ensayos que constituyen su gran colección de ensayos. Los dos primeros tomos de esta obra vieron la luz en 1580. Posteriormente Montaigne viajó a Alemania, Italia y Suiza. A su regreso fue alcalde de Burdeos (1581-1585).


Escribió un tercer tomo de ensayos que se incluyó en la quinta edición de sus ensayos en 1588. Los últimos años de su vida los pasó recluido en su propiedad, con la excepción de algún viaje ocasional a París y Ruán. La única obra que escribió además de sus Ensayos es un relato de sus viajes publicado en 1774. Como pensador, Montaigne destaca por su análisis de las instituciones, opiniones y costumbres, así como por su oposición a cualquier forma de dogmatismo carente de una base racional. Montaigne observaba la vida con escepticismo filosófico y puso de relieve las contradicciones e incoherencias inherentes a la naturaleza y la conducta humana. Sin embargo, su moral tendía básicamente hacia el epicureísmo, revelando las actitudes propias de un humanista que rechazaba la esclavitud de las pasiones y los deseos. El más extenso de sus ensayos, Apología de Raimundo de Sabunde, es un estudio de la capacidad racional y las aspiraciones religiosas del ser humano. En algunos momentos su visión del mundo es conservadora. En literatura y filosofía admiraba a los clásicos y en política defendía la monarquía como forma de gobierno más adecuada para garantizar la paz y el orden. En educación se interesó por la formación del aristócrata y sostuvo la necesidad de enseñar a los alumnos el arte de vivir, y el desarrollo de la capacidad de observación y conversación donde la lectura.


Apología a Raymundo Sabunde

En esta obra Montaigne pretende defender las tesis de Sabunde Pero en realidad las termina por criticar. Raymundo sabunde era un teólogo Catalán siendo autor de la “Teología Natural“ que Montaigne , por petición de su padre había traducido al francés en 1568. Considerando la preeminencia del hombre por medio de su razón y las jerarquías de las criaturas Sabunde pretendía demostrar en esta obra que Dios puede ser conocido, sin ayuda de la fe. Por lo cual era muy criticado por todos lados especialmente por los cristianos, que lo acusaban de querer fundar la fe en la razón.

Montaigne leyendo y releyendo la obra de Sabunde empieza a cuestionarla pues declara que la razón humana es limitada e incapaz de acceder al conocimiento de las esencias. Y criticar a sabunde quien había argumentado que los animales son criaturas inferiores. Montaigne añade que los animales superan a menudo al hombre en habilidades e ingenio.

Citando Montaigne:

Si en justicia debe de otorgarse a cada uno lo que es debido, diremos que los animales sirven, aman y defienden a sus bienhechores, al persiguen y ultrajan a los extraños y a los que le ofenden, al practicar una justicia bastante semejante a la nuestra, viéndose también que proceden con igualdad equitativa en el cuidado de sus crías. Respecto a la amistad, los animales la practican, sin ningún género de duda, más constante y más vivamente que los hombres. Algunos ejemplos

v. Hircano, el perro del rey Lisímaco, no quiso abandonar el lecho de su amo cuando éste murió, ni tampoco comer ni beber, y el día que quemaron su cuerpo se arrojó al fuego y se abrasó.

v. Parecida acción ejecutó también el perro de un individuo llamado Pirro, que no quiso moverse del lecho de su amo desde el instante en que murió; y cuando se llevaron el cadáver, se dejó conducir por él, lanzándose también en la hoguera donde el cuerpo de su amo fue incinerado. Nacen a veces en el hombre ciertas inclinaciones al afecto sin que la reflexión intervenga para nada. Las causas derivan de otra fortuita a la que algunas personas llaman simpatía; los animales son tan capaces como los hombres de tenerlas; teniendo cariño reciproco.

v. Hay pueblos en que las mujeres son regalo de varios hombres y otros en que cada individuo tiene la suya; esto mismo ocurre con los animales, quienes guardan una fidelidad marital superior a la de los humanos. En cuanto a la unión que mantienen entre sí para socorrerse y auxiliarse, se ven bueyes, cerdos y otras especies en que el grito del ofendido toda la familia acude en su ayuda y se une con el fin de defenderlo. Así cuan do el escarro traga el anzuelo del pescador, sus compañeros se reúnen en gran numero a su alrededor y roen y parten la caña; cuando alguno cae en la red, los otros le presenta la cola por fuera; el prisionero la estrecha cuanto puede y así le arrastran hacia fuera a dentelladas hasta que consiguen librarlo.

v . Cuentan que la ballena nunca va sola, sino que la precede un pececillo semejante al gobio de mar, al que suele llamársele guía; la ballena permite que la guíen en línea recta o en redondo con la misma facilidad con que el timón hace girar al navío. En recompensa de tal servicio, el cetáceo no produce ningún daño al pececillo, que duerme en su boca.

v. Plutarco cuenta de haber visto algo semejante en la isla de Antìcira. Parecida relación existe entre pajarillo llamado reyezuelo y el cocodrilo; el primero sirve al segundo de centinela, y cuando su enemigo, el icneumòn , se acerca para combatirle, el pajarillo, temiendo que le sorprenda dormido, le despierta con su canto y con el pico para advertirle del peligro que le acecha; vive de los restos de las comidas del cocodrilo, que le da asilo familiarmente en su boca, y le permite picotear en sus mandíbulas y en sus dientes para que recoja los pedacitos de carne restantes, cuando el cocodrilo trata de cerrar la boca, el pajarillo lo advierte porque lo va cerrando poco a poco para no causarle daño.


Ø. No son pues la razón, la reflexión ni el alma lo que nos hace superiores a los animales, es, por el contrario, nuestra bella disposición orgánica, nuestra inteligencia, nuestra prudencia y todo el resto de nuestras cualidades.
Ø. La naturaleza atiende universalmente por igual a todas sus criaturas y ninguna hay a quien no haya provisto suficientemente de todos lo recursos necesarios para su conservación, pues las egocéntricas pretensiones de los hombres hacen creer que la naturaleza esta a nuestro servicio creando jerarquizaciòn donde el hombre destruye sin medida. Sin considerar que nosotros somos el único animal abandonado sobre la tierra desnuda, no teniendo nada con que cubrirse , sino los despojos de otros seres, y de que a todas las demás especies la naturaleza las revistió de conchas , corteza, pelo, lana, cuero, borra, pluma, escamas o seda, según sus necesidades de cada una, o las armó de garras, dientes y cuernos para defenderse , nadar correr, volar y cantar, mientras que el hombre no sabe ni hablar, ni comer sin aprendizaje previo, porque solo sabe llorar:

Ø. A demás el hombre es el único animal cuyos defectos ofenden a sus semejantes . y el único que se oculta de sus semejantes cuando practica sus actos sexuales.

Ø. Montaigne a definido la naturaleza humana, con su grandeza y sus debilidades, con su sus temores y sus ilusiones. Donde cada hombre lleva en sí la forma entera de la humana condición; donde deberá afrontar solo las vicisitudes de la vida, sin certezas, teniendo por respaldo su razón débil y unos sentidos engañosos.

Ø. El subjetivismo y humanismo renacentista del siglo XVI, unidos a un escepticismo que, aunque procedente, del escepticismo antiguo, tiene por origen una muy diferente experiencia. La experiencia de Montaigne se da sobre todo en el descubrimiento de la insignificancia del hombre que, al estimarse equivocadamente superior al resto, olvida los vínculos que lo unen a la Naturaleza. El vivir conforme a la Naturaleza, que toma de los estoicos y de los epicúreos, pero que siente una necesidad individual y no sólo como una verdad doctrinal, de un modo constante dentro de ese pesimismo que no es, en el fondo, sino una preparación para conseguir, mediante la eliminación de toda actitud presuntuosa, la tranquilidad de ánimo y la prudencia en todas las cosas. Vida conforme a la Naturaleza, eliminación de la inquietud producida por la ambición y el egoísmo, consideración de todas las cosas como transitorias, discreción en la ciencia y en el comportamiento humano, cumplimiento de las leyes y usos vigentes para evitar los mayores males que produce la rebelión contra ellos, todas esas normas no tienen otro sentido que el de contribuir a la felicidad individual, que es la única felicidad efectiva y concreta frente a las pretendidas grandezas y a las engañosas abstracciones.

Ø. Montaigne leyendo a sexto empírico, atraviesa una verdadera crisis escéptica, donde los herederos de Pirròn de Elis negaban la posibilidad para el hombre de alcanzar una verdad cualquiera. Así no pudiendo afirmar siquiera “yo no sé nada” porque esto ya es afirmar.


Sexto Empírico se contentaba con la cuestión ¿Qué sé yo?, que es menos presuntuosa, y es esta última la Montaigne tomará.

También podría decirse que Montaigne presupone el concepto existenciales. Al declarar que todo hombre lleva en sí el peso de la humana condición, el hombre no es, sino que se hace, al igual que sastre, pero éste en pleno siglo XVI habla de proyectarnos hacia el futuro para realizarnos a nosotros y ser,“ seres en proyectos".


Michel de Montaigne (1984). "Apología a Raymundo Sabunde". Sarpe, Madrid.
LIDIA BARRIAL RAMOS.

3 comentarios:

Los villarrealinos dijo...

Bueno,luego de leer tu resúmen he podido percibir todo el esfuerzo que has hecho para lograr tu articulo, y a partir de aquí,creo que tu trabajo no se puede calificar como malo.
Aunque claro ésto no quiere decir que la proxima vez no harás un articulo mejor,sino todo lo contrario, que la proxima vez lo haras muchísimo mejor y así sucesivamente ya que la práctica hace al monje, además la carrera misma( Filosofía) exige escribir bien. Aunque yo aprecie más el fondo que la forma.

SANDRA RIOS
nos vemos

Anónimo dijo...

http://video.google.es/videoplay?docid=-8655541224775286050
Cuando puedas echale un vistazo. despues de leer tu artículo, me interesa mucho tu opinión.
gracias

Unknown dijo...

"Montaigne a definido la naturaleza humana, con su grandeza y sus debilidades, con su sus temores y sus ilusione" Se especula con que la autora es una consecuencia entre tantas de la LOGSE. No sabe ortografía, qué se le va a hacer.