En los libros escritos tanto en su juventud como ya maduro(Los Grundisse y el capitulo VI inedito del Capital es donde se aprecia que Marx varia la idea de la clase obrera como sujeto histórico sustituyéndola por una franja social más amplia, que abarcaba a los trabajadores intelectuales y también a los técnicos e incluso a los gerentes de empresa.
El ignorar de estos escritos hizo que se ignorara la verdadera forma de pensar de Marx,esto hizo que se creara un marxismo doctrinario muy alejado, es más hasta se podria decir algo opuesto al pensamiento vivo de Marx. Este ya presentia los peligros que implicaban sus seguidores cuando decía “cultivé dragones y coseché pulgas”, y “sólo sé que no soy marxista”. A tal punto que los marxistas han deformado el pensamiento de Marx.
Lo que diferenciaba a Marx de los socialistas utópicos era la originalidad con la que veia las cosas, este planteaba en un un socialismo sólo posible en sociedades avanzadas donde el capitalismo hubiera logrado el mayor desarrollo. Las izquierdas del siglo XX tardío sostuvieron, por el contrario, que el socialismo surgiría de la lucha de los países atrasados llamados del Tercer Mundo contra los países ricos. Para escándalo de los tercermundistas, Marx llegó a reconocer el papel contradictorio, opresivo y a la vez progresista jugado por el imperialismo inglés en la India. Es en vano el esfuerzo de los populistas de izquierda de rescatar alguna frase perdida en la correspondencia de Marx para mostrar que éste habría cambiado su posición al respecto.
Al traer abajo los sistemas burocráticos del Este y de los regímenes populistas que creyeron posible construir el socialismo en sociedades atrasadas no significó el desmentido histórico del pensamiento de Marx sino, por el contrario, su corroboración. Lenin, había comprendido que, en una sociedad atrasada, predominantemente campesina como la rusa, el crecimiento económico debía venír antes del socialismo e intentó con la NEP (Nueva Política Económica) el desarrollo industrial y la instauración de un capitalismo sui géneris: economía de mercado con dictadura política. Ese proceso, interrumpido por su muerte, resulta bastante similar al posterior modelo de Den Xia Pin en la China postmaoísta.
El verdadero realismo con que Marx aceptó la crueldad de la historia estaba muy lejos del idealismo moralista y utópicas de ciertas izquierdas. Supo ver que el cambio y la creación constante que traía la modernidad implicaban al mismo tiempo su lado malo con el aumento de las desigualdades sociales pero, lejos de las visiones apocalípticas de las izquierdas postmarxistas, era consciente de que sólo se podía luchar contra las consecuencias no deseadas desde dentro y a favor de la propia modernidad.
Con esto se sabe que Marx fue internacionalista y supo ver la tendencia irresistible a la globalización, en tanto las izquierdas actuales son proclives al nacionalismo y a la defensa de los regímenes nacionalistas más reaccionarios, incluido el fundamentalismo islámico, por el sólo hecho de ser adversos a los del mundo occidental.
Los estudios de Marx acerca del desarrollo del capitalismo se adelantan a su época. Tenian una vision muy lucida de la globalización del capital, el predominio cada vez mayor de la gestión sobre la propiedad en las grandes empresas capitalistas, el crecimiento del sector terciario, el desplazamiento del trabajo manual por los avances científicos y técnicos la automatización y la robotización que llevarían a la devaluación del papel de la clase obrera. Previó incluso fenómenos políticos como el fascismo al describir su antecedente, el bonapartismo, en El 18 brumario.
Lo esencialmente conflictivo de las relaciones humanas, la interacción entre todos los fenómenos sociales, la importancia del modo de producción, el condicionamiento histórico de las ideas, la división de la sociedad en clases, todos esos aspectos de la realidad que hoy nadie niega, no eran, sin embargo, tan evidentes antes que Marx los señalara. Y esta influencia no siempre fue reconocida.
El fracaso de las revoluciones parecería ser un argumento fuerte de los antimarxistas. Pero las expectativas revolucionarias de Marx provenían del ejemplo, todavía cercano, de la Revolución Francesa, que era, al fin, una revolución burguesa. Pero a partir del fracaso del movimiento revolucionario europeo de 1848 fue más cauteloso en sus predicciones insurreccionales y su descubrimiento del movimiento obrero ingles lo llevó a pensar en la alternativa de un socialismo de tipo parlamentario, posición que adoptó el último Engels.
Esto nos da entender que Marx no fue principalmente el ideólogo del proletariado o el predicador del socialismo según la imagen usual; fue ante todo un lúcido analista del sistema capitalista. Acerca del socialismo escribió poco, aclarando que no era un “ideal a alcanzar sino que dependía del movimiento de la sociedad”. El Marx que sigue vivo hoy, desprendido de sus residuos mitológicos, es el del teórico crítico del capitalismo que, trascendiendo la ideología política, puede ser aceptado por la objetividad y la validez universal de sus análisis aun por aquellos que rechazan el socialismo.
LUIS BORDA
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lunes, 16 de junio de 2008
capitalismo antes de socialismo
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4 comentarios:
Interesante. :)
Franz Figueroa
Interesante lo que expone señor Borda, es importante la división que ha marcado entre Marx y los marxistas, creo que todo gran pensador, visionario como Marx, origina a partir de sus aportes (fuente) diversos movimientos intelectuales y conveniencias, no me atrevería a decir que se le degenera, pero de todas maneras muta.
Las diferencias sociales son la causa de la problemática, y de un sentimiento de desigualdad, habría que no ser humanos para no sentir cierta preocupación por el tema.
El desarrollo trae a colación el subdesarrollo. Viven unidos con cierta cuota de dependencia. Desde la postguerra este margen se intensificó, se busca que los avances científicos y progreso industrial beneficien a todos, pero el problema se da en ese ‘como’. El cambio brusco, provoca una natural búsqueda ansiosa por no salirse de la carrera del progreso, pero una vez que quedas fuera del poder, el subdesarrollo amenaza la estabilidad y a la conciencia por mantener la identidad cultural etc., viendo al desarrollo como algo meramente económico, lineal, homogeneizante, alienante. Para escapar del estado marginal se abandonan grandes ideales. Cosa apabullante y de ahí la necesidad de lo reaccionario, la critica, la heterogeneidad humana en esa suerte, la creatividad en esa supervivencia, con la posibilidad, siempre de caer, subir, una montaña rusa.
Interesante la reflexión que haces sobre el subdesarrollo. Es evidente que la falta de homogenidad en el desarrollo capitalista da lugar a la imagen de un reaccionarismo "izquierdista", que busca reconocimiento en la diferencia. Creo que Luis debería reformular su trabajo, pues es difícil de leer.
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