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domingo, 31 de octubre de 2010

LENIN Y LA EXALTACIÓN MAXIFICADA DEL CAPITALISMO DE ESTADO *


I

Para la social democracia, como continuación directa del marxismo, la revolución proletaria sólo tenía sentido y era posible en países desarrollados. Si en Alemania o Inglaterra la revolución proletaria no se había realizado, no tenía sentido plantearla en un país atrasado como lo era Rusia. Llevarla a cabo implicaba y significaba aventurerismo, caudillismo, anarquismo, etc. Su programa general era: aliarse y apoyarse en los sectores progresistas del capitalismo para la realización de las tareas democrático burguesas, que en el fondo era la defensa del capitalismo, ya que no había un ataque directo al capital ni se le ponía en cuestión. Ejemplo de ello fue la revolución rusa de febrero en 1917.

Los bolcheviques, como continuación radicalizada de la social democracia, llevaron al máximo tal programa. Lucharon no sólo por crear las condiciones favorables al capitalismo, sino que asumieron las tareas de esta, de la burguesía, justificando su accionar en la necesidad de desarrollar las fuerzas productivas por parte del proletariado que tenía el control del poder estatal. Sustituyendo el antiguo Estado por un Estado capitalista, gigantesco, poderoso y burocrático.

Sostuvieron la necesidad de una revolución proletaria, asimismo estuvieron a la cabeza, por así decir, de la revolución, que a pesar de su radicalidad no rompió de manera total con la social democracia. Siguieron fiel al credo de que el capitalismo debe de desarrollarse si o si. Y si no sucede, el proletariado (y el campesinado) debe de asumir esa tarea. Tareas burguesas. En táctica y en la forma cambiaron, pero no en el contenido social de la revolución, ya que de manera obligatoria se debía de realizar las tareas democráticas burguesas.

A comparación de la social democracia, oficial y tradicional, su discurso y accionar parecía revolucionario, pero no, sólo servía para justificar y mejorar al capitalismo (estatal), ya que tenían que aplicar y desarrollar el programa de su enemigo histórico, el de la burguesía. Capitalismo de Estado que consistía en realizar tareas burguesas y desarrollar el capitalismo a nombre del proletariado. Ejemplo de ello fue lo que siguió a la revolución rusa de octubre en 1917.

Bolcheviques y mencheviques defendían similar proyecto. No hubo una ruptura ni cuestionamiento profundo. El reformismo se mantenía. El bolchevismo fue sólo una expresión violenta, insurreccional y conspirativa (en comparación con el menchevismo) para llegar a ese reformismo, que tampoco dejaba de lado el parlamentarismo.

Es imposible que el Estado sirva a los intereses del proletariado. La toma del poder y la defensa del Estado es una aspiración burguesa. El proletariado, como clase y en lucha, sólo podrá alcanzar sus aspiraciones revolucionarias destruyendo al Estado. Negándolo, ya que la emancipación del proletariado ha de ser obra de ellos mismos, creando y generando las condiciones necesarias y favorables para su consecución.

Lenin, y lo que sería después el leninismo, respondería a la tradición social que le antecedió y que predominó en su entorno. Respondió a la información social que imperaba. No sólo a cuestiones teóricas, sino también prácticas contrastadas en la realidad. Fue uno de los principales defensores y desarrolladores de lo que sería el capitalismo de Estado, exclamando abierta y explícitamente su exaltación maxificada. Los pasajes que sigue a continuación (entre otras muchas no citadas) son una muestra tajante de ello. Que refleja, de alguna u otra manera, la continuidad y desarrollo de los planteamientos y postulados generales de la social democracia.

II

Haciendo una supuesta crítica y respondiendo a los “comunistas de izquierda” en el texto Infantilismo “de izquierda” y la mentalidad pequeñoburguesa1, dice:

“comparado con el actual estado de cosas en nuestra República Soviética, el capitalismo de Estado sería un paso adelante2. Si dentro de seis meses aproximadamente se implantara el capitalismo de Estado en nuestra República, sería un éxito enorme y la más segura garantía de que dentro de un año el socialismo se consolidaría definitivamente en nuestro país y sería invencible”3.

Hay una continuidad de los planteamientos de la social democracia. Si bien de manera diferente (en método y forma), no hay una ruptura, sino un ampliación y desarrollo, que conllevaría a la instauración del capitalismo de Estado como motor (o pilar) de “garantía” y de “éxito”. Hace creer, de manera demagógica y falsearía, que “el poder estatal se encuentra en manos de los obreros...”4. Y por encontrarse, supuestamente, en manos de los obreros y por seguir fines socialistas, debe de buscar como tarea principal la implantación del capitalismo de Estado.

Haciendo una correlación entre el capitalismo de Estado y el socialismo, concluye:

“Cuando la clase obrera haya aprendido a defender el sistema estatal contra la anarquía del pequeño propietario, cuando haya aprendido a organizar la gran producción en escala nacional, tomando como base los principios del capitalismo de Estado, tendrá en sus manos –perdonen la expresión– todos los triunfos, y la consolidación del socialismo estará asegurada”5.

El abogar y exaltar al capitalismo de Estado se hace más constante, porque es en base a sus principios que se organizará la gran producción nacional, asegurándose, según Lenin, el triunfo y la consolidación del socialismo, porque: “en primer lugar; económicamente el capitalismo de Estado es incomparablemente superior a nuestro sistema económico actual” y “en segundo lugar, nada hay terrible en él para el poder soviético, pues el Estado soviético, es un Estado en el cual el poder de los obreros y de los pobres está asegurado”6. Buscando a toda costa, y utilizando los artificios más elaborados, para hacer ver que no hay preocuparse por el capitalismo de Estado. Que se puede convivir con él y que sirve a los intereses del proletariado. Un capitalismo bueno e inofensivo por decirlo así. La historia demostrará todo lo contrario, haciendo ver que la exaltación del capitalismo de Estado y sus beneficios son una mentira. Un engaño y traición al proletariado.

Exaltando y tomando como ejemplo al capitalismo Alemán agrega: “tomemos ante todo el ejemplo del capitalismo de Estado… Alemania. Tenemos allí “la última palabra” de la moderna técnica capitalista y la organización planificada, subordinados al imperialismo junker-burgués. Supriman las palabras en cursiva y en lugar del Estado militarista, junker, burgués, imperialista, pongan también un Estado, pero de tipo social diferente, de diferente contenido de clase, un Estado soviético, es decir, un Estado proletario, y obtendrán la suma total de las condiciones necesarias para el socialismo”, ya que “el socialismo es inconcebible sin la gran técnica capitalista… Es inconcebible sin una organización estatal planificada, que someta a decenas de millones de personas al más estricto cumplimiento de una norma única en la producción y distribución de los productos”. “El socialismo es inconcebible, además, sin la dominación del proletariado en el Estado…”7. Haciendo pasar al capitalismo de Estado por socialismo.

Citándose y exaltando al capitalismo de Estado hasta antes de la revolución de octubre, y no sólo por él sino por lo bolcheviques, dice:

“Para que el lector se convenza de que la “alta” estima por el capitalismo de Estado no es sólo por ahora, sino que también antes de la toma del poder los bolcheviques opinábamos así, me permitiré citar el siguiente pasaje de mi folleto, escrito en setiembre de 1917, La catástrofe que nos amenaza y como luchas contra ella8:

“… Pues bien, sustituyan ese Estado de junkers y capitalistas, ese Estado de terratenientes y capitalistas por un Estado democrático-revolucionario, es decir, por un Estado que destruya de modo revolucionario todos los privilegios, que no tema implantar de modo revolucionario la democracia más completa, y verán que el capitalismo monopolista de Estado, es un Estado verdaderamente democrático-revolucionario, representa inevitablemente, e infaliblemente, ¡un paso, y más que un paso hacia el socialismo!”. “… Pues el socialismo no es más que el paso siguiente al monopolio capitalista de Estado”. “… El capitalismo monopolista de Estado es la completa preparación material9 para el socialismo, la antesala del socialismo, un peldaño de la escalera de la historia entre el cual y el peldaño llamado socialismo no hay ningún peldaño intermedio10.

La consigna de Lenin y lo bolcheviques era clara, sustituir el Estado burgués por otro Estado Burgués, que para ellos era un Estado democrático-revolucionario. Un Estado que lleve y desarrolle al máximo el programa de la burguesía. Pero la particularidad de ese posible (y futuro) Estado es que no permitiría la competencia11. Todo recaería en sus manos para la instauración de un monopólico capitalismo de Estado, que siguiendo y continuando la información social de la tradición, para dar paso a lo que sería el socialismo. Haciendo creer que necesariamente, y como preparación material, el capitalismo monopolista de Estado es el elemento principal para llegar al socialismo. Premisa axiomática donde “no hay ningún peldaño intermedio”.


III


Después de la revolución proletaria de octubre de 1917, los bolcheviques se entronizaron en el Estado monopolizando su dirección, quedando como únicos directores12, instauraron el capitalismo de Estado. Los años pasaron, pero ningún tipo de transformación socialista (o relevante13) le siguió. El sistema económico social que siguió prevaleciendo (y predominando) fue el capitalista.

En El impuesto en especie, de 192114, ante el fracaso de la medida llamada “comunismo de guerra”, Lenin plantea: “como la última política posible y la única razonable”, la alternativa de no “tratar de prohibir o de obstaculizar completamente el desarrollo del capitalismo, sino intentar orientarlo por el canal del capitalismo de Estado. Esto es económicamente posible, pues el capitalismo de Estado existe –en una u otra forma, en uno u otro grado– donde quiera que haya elementos de comercio libre y capitalismo en general”15.

Luego se pregunta: “¿Es posible cambiar el Estado soviético y la dictadura del proletariado con el capitalismo de Estado? ¿Son compatibles?”. Y se responde: “Por supuesto que sí..., pues en las actuales circunstancias políticas y económicas es esencial comparar el capitalismo de Estado también con la producción pequeñoburguesa”. “Todo el problema –tanto teórica como práticamente– consiste en encontrar los métodos correctos para orientar el inevitable (hasta cierto punto y durante un periodo determinado) desarrollo del capitalismo por el canal del capitalismo de Estado y en determinar de qué condiciones rodearlo para asegurar su trasformación en socialismo en un futuro próximo”16. Donde “las concesiones son el ejemplo más sencillo de cómo el poder soviético orienta el desarrollo del capitalismo por los canales del capitalismo de Estado e “implanta” el capitalismo de Estado”17.

Diciendo y haciendo creer que todos creen y están de acuerdo con lo que el cree, concluye: “Todos estamos de acuerdo ahora en que las concesiones son necesarias… El concesionario es un capitalista. Dirige sus negocios al modo capitalista, por los beneficios, y está dispuesto a establecer un tratado con el gobierno proletario para obtener beneficios extraordinarios, superbeneficios o materias primas que le resulta difícil o imposible obtener de otro modo. El poder soviético se beneficia por el desarrollo de las fuerzas productivas y por el aumento inmediato o a breve plazo de la cantidad de productos”18.

Se avala ahora del capitalismo privado, que en 1918 decía que estaba en contra del capitalismo de Estado como contra el socialismo19, como apoyo del socialismo. En 1918 decía que se tiene que luchar contra él, en 1921 dijo que hay que acogerlo y abrirle las puertas. Socialismo, capitalismo de Estado y capitalismo privado van ahora de la mano. Por ende, no hay que poner trabas, ni obstaculizar el desarrollo capitalista en Rusia, porque “el capitalismo de Estado existe donde quiera que haya elemento de comercio libre y capitalismo en general”. Planteando la necesidad de llevar a cabo concesiones al capitalista que “dirige sus negocios al modo capitalista”, dándole todas las facilidades en la obtención, a modo seguro, de “beneficios extraordinarios, superbeneficiosos”. Claro, todo avalado y regularizado mediante un contrato (“tratado”) “con el gobierno proletario”20.

Continuando con las alabanzas del capitalismo privado, prosigue: “comparadas con otras formas de capitalismo de Estado dentro del sistema soviético, las concesiones son quizá la forma más simple, precisa, clara y definida de capitalismo de Estado. Implica un acuerdo formal escrito con el capitalismo más civilizado y avanzado de Europa occidental”21.

La concesión sería entonces, el elemento que abre las puertas al capitalismo internacional (Europa occidental). El elemento para conciliar (de manera formal) ambos capitalismo. En consecuencia, “la tarea más importante de todos los activistas del partido y de los soviets, en relación con la introducción del impuesto en especie, es aplicar los principios de la política de “concesiones” (es decir, un política similar a las “concesiones” del capitalismo de Estado) a las otra formas de capitalismo: el libre comercio, el intercambio local, etc.”22. Donde todos tienen que impulsarla y hacer que se lleve a cabo. Como una especie de deber que tiene que primar en la mentalidad de todos por ser “la tarea más importante”.

Afianzando tal exhortación como deber, agrega: “debemos hacer todos los esfuerzos para que este desarrollo del capitalismo –ya que la libertad de venta, de comercio, es desarrollo del capitalismo– se oriente por los canales del capitalismo cooperativo”23. Tanto cooperativas, como también los sindicatos, los soviets, los comités, etc., serían instrumentos para el desarrollo del capitalismo de Estado. Todos los organismo, revolucionarios y de lucha, creados por el proletariado, quedarían (y quedaron) reducidos a simples partes y apéndices de ese monstruo monopólico capitalismo de Estado que se desarrollaba, expandía y fortalecía.

“Esto podrá parecer paradójico (sigue refiriendo): ¿el capitalismo privado colaborando con el socialismo?”24. Pregunta muy bien elaborada, que de manera muy sutil, y bien elaborada, eliminará la paradoja (o hará ver que no la hay). Recurriendo a sus premisas axiomáticas, y escudándose en ellas, responderá: “pero no hay paradoja alguna, sino un hecho económico absolutamente irrefutable… Se deduce inevitablemente, primero, que en este momento el intercambio local adquiere una importancia primordial y, segundo, que hay una posibilidad de ayudar al socialismo por medio el capitalismo privado (sin hablar del capitalismo de Estado)”25.

Capitalismo y socialismo ya no están en una lucha encarnizada y a muerte, sino que van juntos y se ayudan mutuamente. En el texto Proyecto de tesis sobre el papel y las funciones de los sindicatos bajo la nueva política económica26, de 1922, Lenin refiere que en el Estado soviético (monopólico capitalista de Estado) “están permitidos y se desarrollan el libre comercio y el capitalismo, los cuales están sujetos a la regularización estatal, pero, por otra parte, las empresas estatales se reorganizan sobre la base del denominado cálculo económico, es decir, esencialmente y en grado considerable sobre la base del principio comercial y capitalista”. Y es “el Estado proletario (quien) puede, sin cambiar su propia naturaleza, admitir el libre comercio y el desarrollo del capitalismo sólo en determinada medida y sólo a condición de que el Estado regule (vigile, controle, determine las formas y métodos, etc.) el comercio privado y el capitalismo privado”27.


IV

Enmarcado ya en una nueva política económica (NEP), que no representó ni fue una forma diferente (o grado) de socialismo, ni siquiera el pasaje al comunismo, Lenin y los bolcheviques, al creer (de manera ilusoria y ficticia) que podían controlar al capitalismo por medio del control y el dominio del aparato estatal, no hicieron mas que reconocer, y de manera explícita, el papel que cumplían en el ejercicio del desarrollo capitalista, acompañado de una manera implícita en el reconocimiento de que el capital es quien controla al Estado (así se llame obrero o sea controlado por lo obreros o los dirigentes del partido, etc.) y no a la inversa. No llegaron a controlar, ni planificar, ni dirigir al capitalismo como pretendieron o hicieron hacer creer. El capital siguió existiendo, construyendo y constituyendo la dirección de la sociedad, ejerciendo e implantando la dictadura. El Estado capitalista no fue destruido, no hubo siquiera la pretensión ni la intención de destruirlo, sino de reconstituirlo.

En el Informe político del Comité Central al XI Congreso del PC(b)R28, en 1922, Lenin, haciendo un balance en torno al capitalismo de Estado, dice: “Nunca en la historia ha habido una situación en la que el proletariado, la vanguardia revolucionaria, tuviera suficiente poder político y en la que el capitalismo de Estado existiera junto a ella. Lo significativo del problema es que comprendamos que este es el capitalismo que podemos y debemos admitir, que podemos y debemos limitar dentro de cierto marco, ya que este capitalismo es indispensable para las amplias masas del campesinado y para el capitalismo privado; y éste debe comerciar de modo de satisfacer las necesidades de los campesinos. Debemos organizar las cosas de modo de hacer posible la marcha normal de la economía capitalista y el intercambio capitalista; porque esto es indispensable para el pueblo. Sin esto, la existencia es imposible… Ustedes, los comunistas, ustedes, los obreros, el sector políticamente esclarecido del proletariado que asumió la dirección del Estado, deben ser capaces de hacer que ese Estado, que ustedes han tomado en sus manos, actué según su voluntad”29.

Y haciendo un balance sobre la nueva política económica y sobre el control y dirección del Estado, acota: “Pues bien, ha trascurrido un año, en nuestras manos está el Estado, ¿pero la nueva política económica, funcionó durante ese año en la forma que queríamos nosotros? No. Pero nos negamos a reconocer que no funcionó en la forma que queríamos. ¿Y cómo funcionó? La máquina se escapó de las manos, como si fuera, no en la dirección que el conductor deseaba, sino en la dirección que alguna otra persona deseaba; como si la condujera alguna mano misteriosa que no está autorizada, sabe Dios de quién es, tal vez de un especulador, de un capitalista privado o de ambos; sea lo que fuera, la maquina no marcha en la dirección que supone quien está en el volante, y a menudo marcha en una dirección completamente diferente. Esto es lo fundamental que se debe recordar en lo que se refiere al capitalismo de Estado…, y sólo entonces, cuando hayamos comprendido a fondo y valorando esto, podremos estar seguros de que aprenderemos”30.

La defensa del capitalismo es notoria, asimismo su abogar por ella. La coexistencia (y convivencia) pacífica es lo más adecuado, ya que ese es el capitalismo que se puede y debe de admitirse por ser indispensable. Por ende, se debe de proseguir y hacer todo lo posible para que la economía capitalista y el intercambio capitalista se desarrollen lo más que se pueda, porque sin ella “la existencia es imposible”. Y los que asumieron la dirección del Estado deben de hacer que éste “actúe según su voluntad”.

Pero a pesar de que el proletariado tiene el suficiente poder político y de estar el Estado en sus manos, no funcionó como ellos quisieron, lo reconoce explícitamente. Se le escapó de las manos, no obedeció a la dirección o a los que estaban al volante, marchando constantemente en una dirección diferente, según refiere. Pero ¿qué es lo que pasaba?, ¿por qué la máquina no respondía como se quería?, ¿por qué la máquina se iba para otra dirección si los que lo conducían sabían por donde tenían y querían ir?, ¿o bien la máquina no funcionaba como debía o bien lo conductores no sabían como manejar la máquina, o bien era los dos?, ¿o quizá la máquina desde su fabricación era defectuosa o quizá los conductores tenían una información social defectuosa para conducirla, o bien quizá era ambos?, ¿o quizá también los fabricante de la máquina hacían que la máquina sea defectuosa a propósito para que dependa en gran medida de los fabricantes o quizá también la información social de los conductores era defectuosa porque en el fondo dependían de los fabricantes (o buscaban depender de ellos), o quizá también ambos?, ¿o quizá la máquina es inservible para lo intereses de los conductores o bien la información social que guía a los conductores es inservible, o bien ambos?, ¿o bien la máquina estatal no sirve a los intereses del proletariado o bien los postulados y planteamientos de Lenin y lo bolcheviques no sirven a los intereses del proletariado, o bien ambos?, ¿el Estado (capitalista), a lo Lenin, sirve a la causa del socialismo (comunismo) o sirve a la causa capitalista?, ¿Comunismo o capitalismo?, ¿lucha de clases o conciliación de clases? […].

Continuando con el balance del poderío estatal y del control de ésta, refiere: “aquí es necesario plantear claramente el problema: ¿en que reside nuestra fuerza y qué es lo que nos falta? Tenemos el poder político totalmente suficiente. No creo que haya nada que asegure que en tal o cual cuestión práctica, en tal o cual institución de trabajo, los comunistas, el Partido Comunista, no tiene suficiente poder… La fuera económica fundamental está en nuestras manos. Todas las grandes empresas decisivas, los ferrocarriles, etc., están en nuestras manos… La fuerza económica en manos del Estado proletario en Rusia es por completo suficiente para asegurar el transito al comunismo. ¿Qué es pues, lo que falta? Evidentemente lo que falta es cultura en la capa comunista que cumplen funciones de dirección. Si tomamos Moscú –4700 comunistas en puestos responsables– y si tomamos esta máquina burocrática, ese montón, debemos preguntarnos: ¿quién dirige a quién? Me parece muy dudoso que pueda afirmarme que los comunistas dirigen ese gentío. Para decir la verdad, no dirigen, son dirigidos”31.

Al parecer hubo un reconocimiento de que a pesar de tener el poder político, de controlar la fuerza económica, de controlar casi todo, por no decir todo, y que por ser así debería de estar asegurado “el tránsito al comunismo”, no dirigían o tenían el control, sino, que eran dirigidos y controlados. Y a pesar de reconocerlo y de hacer todo un análisis de ello, se siguió haciendo lo mismo, se siguió enfatizando y poniendo en un primer plano al capitalismo de Estado, para fortalecerlo y desarrollarlo. Que Lenin para justificarlo, resaltaba la “falta de cultura en la capa comunista que cumplen funciones de dirección”. Ósea, que hay que amoldarse a los patrones culturales del sistema capitalista para ejercer la dirección, formarnos por la cultura del capitalismo para dirigirla, cambiar la mentalidad por la mentalidad capitalista para dirigirla […]. ¿Si hubo un reconocimiento explicito de lo que acarreaba el capitalismo de Estado, por qué se continuó recurriendo a él, asimismo para fortalecerlo?, ¿Si Lenin y los bolcheviques, sabían muy bien esto y de manera detallada, por que continuaron con la hegemonización y maxificación del capitalismo de Estado, que a modo general era capitalismo?, ¿sabía de antemano a donde llevaría y que desencadenaría?


V

A modo de conclusión, y retomando la síntesis del libro La contrarrevolución rusa y el desarrollo del capitalismo, se diría:

- Lenin y lo bolcheviques, no propusieron destruir el capital, sino desarrollarlo y controlarlo a través del Estado (capitalismo de Estado).

- No destruyeron el Estado, sólo lo ocuparon para mantener el capitalismo de Estado. Estado burgués.

- El Estado no respondió a la voluntad de los bolcheviques. Lenin lo reconoció y analizó, proponiendo el adaptarse a la cultura capitalista, dejarse formar por ella…, ya que el Estado es y seguirá siendo el capital centralismo.

- Es totalmente normal que el Estado siga inexorablemente las leyes del capital, ello es independiente a la voluntad de quienes se encuentran en el gobierno, la administran o dirigen.

- Como cualquier otro país capitalista, a pesar del elemento de voluntad de los que la dirigen, no es la dirección y la planificación quien decide la vida económica, sino la vida económica, la sociedad mercantil generalizada, quien dirige y decide la planificación32.

- A pesar de tener el control del Estado, de dirigirla y administrarla, no hubo una ruptura con el capitalismo de Estado, mas bien, se baso en el capitalismo para seguir desarrollándolo, conllevando inevitablemente a fortalecerlo. Terminando siendo agentes del capitalismo y sus continuadores.

- Pretendieron ser agentes tanto del capitalismo como del socialismo, y que ambos podían ir de la mano, apoyarse y convivir de manera pacífica, pero en realidad, actuaron como los mejores agentes del capitalismo y de la contrarrevolución nacional e internacional.

- La política económica y social aplicada por lo bolcheviques en defensa del capitalismo, tenía necesariamente que entrar en contradicción con los intereses del proletariado33. Por ende, los planteamientos de Lenin y los bolcheviques terminaron siendo posiciones reaccionarias y contrarrevolucionarias. Ya que los intereses del proletariado se contraponen a los intereses del capitalismo34.

En síntesis:

Lenin y lo bolcheviques pretendieron controlar el capitalismo sin destruirlo, lo que fue algo ilusorio, reaccionario y contrarrevolucionario. Pretendieron e hicieron hacer creer que el socialismo (o lo que ellos llamaban socialismo) tiene algo que ver con el orden social y económico que se implantaba en Rusia.

Fueron agentes del capital nacional, del Estado burgués (pasado como socialismo), y represor del proletariado, tanto a escala nacional como a escala internacional, que desde un principio se puso al lado y al servicio del capital.


***

“La dictadura del proletariado es la dirección de la política por el proletariado”35. Por ende a nivel teórico, el proletariado tiene que controlar y administrar el Estado. Si tiene que controlar y administrar el Estado tiene que implantar y desarrollar, a como de lugar, el capitalismo de estado. A nivel de la práctica, la dictadura del proletariado, fue que el partido o lo dirigentes del partido controlaron y administraron el Estado, e implantaron y desarrollaron el capitalismo de Estado, que en sí, fue el capitalismo a secas, desarrollado (mejorado), fortificado y exportado.



NOTAS

* Texto elaborado en base a extractos de la ponencia: “¿Dictadura del proletariado o capitalismo de Estado?”, expuesta en el conversatorio: “¡Todo el poder a los soviets! Por un análisis crítico de la revolución rusa”. Llevada a cabo el viernes 15 de octubre del 2010 en la Faculta de Ciencias Sociales de la U.N.M.S.M. Organizada por el Grupo Anarquista de Estudios Sociales (G.A.E.S.).

1 Infantilismo “de izquierda” y la mentalidad pequeñoburguesa. Publicado el 9, 10 y 11 de mayo de 1918 en los números 88, 89 y 90 del periódico Pravda. En V. I Lenin (1973). Obras escogidas. Editorial Cartago, Buenos Aires, Tomo V, p. 181-211.

2 Las cursivas son propias del texto original, o. c. p. 192.

3 Ibíd., p. 192.

4 Ibíd., p. 195. ¿El poder estatal se encuentra en manos de los obreros o en manos de los dirigentes del partido?

5 Ibíd., p. 196.

6 Ibíd., p. 196.

7 Ibíd., p. 197.

8 Ibíd., p. 199. Revisar: La catástrofe que nos amenaza y como luchar contra ella. Escrito entre el 10 y el 14 de setiembre de 1917. En V. I Lenin (1973). Obras escogidas. Editorial Cartago, Buenos Aires, Tomo IV, p. 257-300.

9 Las negritas son propias del texto original. Infantilismo “de izquierda” y la mentalidad pequeñoburguesa, p. 199

10 Ibíd., p. 199.

11 Un Estado burgués administrado por obreros. Justificación mitificada para la defensa y apología del capitalismo de Estado.

12 Reprimieron de manera sistemática (desde 1918) a toda la resistencia proletaria, que después se convertiría en represión contra sus propios miembros. Los puntos culminantes serían: las masacres en Ucrania, la represión en Petrogrado y la masacre en Kronstadt. En esta última no sólo se masacró (en masa) a proletarios que no compartían la política de los bolcheviques (Social revolucionario de izquierda, anarquistas, mencheviques…), sino también a militantes de su propio partido, bajo las ordenes de la dirección bolchevique. Revisar: Grupo Comunista Internacionalista (2009). La contrarrevolución rusa y el desarrollo del capitalismo. Anarres, Buenos Aires. Gran parte del texto basado en éste libro. Asimismo, para ampliar la información social sobre el tema, revisar: Archinoff, Pedro (1926). Historia del movimiento machnovista (1918-1921). Editorial Argonauta, Buenos Aires. Avrich, Paul (2004). Kronstadt 1921. Editorial Anarres, Buenos Aires. Mett, Ida (2006). La comuna de Kronstadt. Crepúsculo sangriento de los soviets. Ediciones Espartaco Internacional, Barcelona. Rocker, Rudolf (1959). Bolchevismo y anarquismo. Editorial Reconstruir, Buenos Aires.

13 La medida llamada “comunismo de guerra” y, ante su fracaso, la implantación de la NEP. Fueron medidas (y métodos) capitalistas que favoreció al desarrollo del comercio y la industria capitalista. No hizo más que afianzar las bases del capitalismo, para mantenerlo y fortalecerlo bajo el nombre de socialismo.

14 El impuesto en especie, publicado como folleto en mayo de 1921. En V. I. Lenin (1973). Obras escogidas. Editorial Cartago, Buenos Aires, Tomo VI, p. 289-326.

15 Ibíd., p. 305.

16 Ibíd., p. 305.

17 Ibíd., p. 305-306.

18 Ibíd., p. 306.

19 Revisar: Infantilismo “de izquierda” y la mentalidad pequeñoburguesa. La parte donde hace la caracterización de los elementos que constituyen las diferentes estructuras económicas sociales que existían en Rusia y la lucha fundamental a librarse y entre que elementos, p. 193-194. Asimismo revisar: El impuesto en especie, la parte donde hace un resumen a modo de síntesis del Infantilismo “de izquierda”…”, p. 291-292.

20 ¿Los hechos y sucesos en la actualidad son pura coincidencia o son continuación, desarrollo y ampliación de lo que ya planteaba, aplicaba e implantaba Lenin y el PC(b)R?, ¿Los países que se hacen (o hicieron) llamar socialista, son socialistas o son la continuación, desarrollo y ampliación de lo que ya planteaba, aplicaba e implantaba Lenin y el PC(b)R?, ¿Los partidos marxistas (socialistas o comunistas) en sus diversas variantes, son socialistas o son la continuación, desarrollo y ampliación de lo que ya planteaba, aplicaba e implantaba Lenin y el PC(b)R?.

21 El impuesto en especie, p. 307

22 Ibíd., p. 307

23 Ibíd., p. 308.

24 Ibíd., p. 315.

25 Ibíd., p. 315.

26 Proyecto de tesis sobre el papel y las funciones de los sindicatos bajo la nueva política económica. Escrito entre el 30 de diciembre de 1921 y el 4 de enero de 1922 y publicado con algunas modificaciones el 17 de enero de 1922 en Pravda, número 12. En V. I. Lenin (1973). Obras escogidas. Editorial Cartago, Buenos Aires, Tomo VI, p. 370-381.

27 Ibíd., p 371

28 Informe político del Comité Central al XI Congreso del PC(b)R. Publicado el 28 de marzo de 1922 en Izvestia del CEC de toda la Rusia, núm. 70, y el 28 y 29 de marzo en Pravda, núms. 70 y 71. En V. I. Lenin (1973). Obras escogidas. Editorial Cartago, Buenos Aires, Tomo VI, p. 396-440.

29 Ibíd., p. 411-412.

30 Ibíd., p. 412.

31 Ibíd., p. 420-421.

32 Cf. La contrarrevolución rusa y el desarrollo del capitalismo, p. 102.

33 Cf. Ibíd., p.105.

34 Cf. Ibíd., p. 105-106.

35 El impuesto en especie, p. 302.

Efrain H.

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